Tras los deseos manifestados por toda la Comunidad se decidió acometer la tarea de remozar el viejo altar con estilo idéntico al retablo del presbiterio. El revestimiento del altar ha sido tallado en madera sobre dorada con pan de oro y policromada, destacando en su parte central enmarcado y con bellas rinconeras un pelícano blanco que alimenta a sus crías con su propia sangre, símbolo del amor de Cristo por nosotros los hombres, y franqueado por ambos lados con un motivo repetido de volutas de flores y hojas, en la parte trasera el escudo abacial de nuestro monasterio. Para completarlo se acompaña de un bello ambón inspirado con parecidos motivos y coronado con un medallón donde resalta pintado el Cordero Místico.

Todo el trabajo ha sido realizado por el afamado taller de arte Guadalajara.

El día 10 de julio víspera de la festividad de nuestro fundador San Benito se celebró solemne Eucaristía sobre él.