Historia

En este apartado expondremos los datos de interés que constan en el archivo histórico del monasterio.

Este monasterio se fundó el 3 de abril de 1546, por doña Antonia Enríquez Orense, mujer adinerada de la villa de Sahagún que luego sería la primera abadesa del cenobio; No obstante, no fue hasta primeros de 1547 cuando doña Antonia y otras mujeres profesaron sus votos y empezaron a habitar el monasterio.

Este tomó el nombre de la iglesia parroquial que usaban las monjas para celebrar la liturgia hasta que por fin tuvieron una propia.

En 1556 solicitaron a la Congregación de Valladolid el ingreso de la comunidad en el carisma benedictino pero esta petición no fue aceptada hasta 1586.

En el primer tercio del siglo XVII se fundó un nuevo monasterio, filial del de la Santa Cruz.

En 1622 Doña Andrea Benedicta de Celis, enviada por la abadesa del momento, doña Antonia Enríquez de Prado, sobrina de la fundadora, se encaminó a Madrid con otras dos monjas a fundar un nuevo monasterio.

El monasterio fue constituido, no sin serias dificultades en el año 1623 con el nombre de Monasterio de la Encarnación, aunque se le conoce como el de San Plácido por estar contiguo a una iglesia dedicada a este santo.

Actualmente este monasterio, que sorprende por las obras de arte que alberga, sigue existiendo y lo llevan monjas benedictinas.

En 1961 se realizó otra fundación; el monasterio de la Asunción en Zamora, también se conserva hoy, a un que cambió de lugar dentro de la misma ciudad y al igual que el de Madrid también lo custodian monjas benedictinas.

Marcharon para ese nuevo monasterio 28 monjas, entre ellas Sor Rosario Santiago, la que sería la nueva abadesa y todas las novicias, amén de cantidad de recursos materiales. Solo quedaron en Sahagún 11 monjas.

Trabajo

Tras la posguerra las monjas ya no tienen patrimonio del que recibir el sustento. Como solución determinaron una labor que pudiesen hacer en el monasterio y que no interrumpiese el ritmo litúrgico de la comunidad; así es como el 26 de agosto de 1958 empezaron a dedicarse a la elaboración de caramelos.

En 1968 se construye la hospedería que sigue acogiendo peregrinos y otros huéspedes durante todo el año.
Desde 1976 hasta 1981 confeccionan ropa para la nieve para Indicosa que les donó la maquinaria necesaria.

Alrededor de 1980 la pequeña fábrica de caramelos ya no les pertenecía por lo que hubieron de buscar otro modo de vida; esta vez “De todas maneras chocolate LLoveras” y también confeccionan bordados.

A partir del año 1981 comienzan la elaboración de repostería en lo cual siguen trabajando actualmente.